Es irónico, mi padre tiene prohibido forzarme a un contrato de matrimonio contra mi voluntad, pero yo me he atrapado en algo mucho, mucho peor.
En el momento en que pongo un pie a bordo del barco hacia Kingmakers, busco a Dean Yenin.
Recuerdo las últimas palabras que nos dijimos como si fuera hace tres minutos, en lugar de tres meses.
―Sé lo que hiciste...
―Te he visto...