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Elizabeth von Arnim

Todos los perros de mi vida

  • Dianela Villicaña Denahas quoted23 days ago
    La gente era cariñosa, cordial y simpática,
    pero creía que hacer compañía era sinónimo de dar conversación,
    y algunas voces le taladraban la cabeza.
    En cambio, los perros… Lo entendían todo sin decir nada
    y siempre era un placer mirarlos, dormidos o despiertos».
    Mariana, Monica Dickens
  • Dianela Villicaña Denahas quoted23 days ago
    La inocencia, la pureza y la alegría de los protagonistas perrunos aportan una nota de esperanza y diversión a una vida que, si nos paramos a pensarlo, fue esencialmente dura: la de una mujer sola acechada por las convenciones sociales. A diferencia de Flush, los perros de esta autobiografía no son humanizados, no son contaminados por los prejuicios de los humanos. Los perros no juzgan a las personas por su sexo, su raza, su vestimenta, sus rasgos físicos, su clase social, su nacionalidad o su poder adquisitivo. Ni siquiera se ven condicionados por el lenguaje, los rencores heredados o la vorágine social. Su mirada limpia nos evalúa solo respecto a la bondad o la maldad que huelen en nosotros. Los perros debieron ser un áncora para Elizabeth von Arnim en muchas ocasiones, su fe en la vida
  • Dianela Villicaña Denahas quoted23 days ago
    Es fácil leer la soledad y el desamparo, que ella misma debió sufrir al quedarse viuda de ese hombre cruel, en el viaje de Milly en Expiación (Piteas 21), así como su traumático matrimonio con John Francis Russell en Vera (Piteas 5). En estas novelas Elizabeth von Arnim teje historias irónicas, sutiles y sobre todo sorprendentes en su desarrollo. Su autobiografía no podía ser diferente
  • Dianela Villicaña Denahas quoted23 days ago
    Lo cierto es que Chunkie, sea yo como sea, es resolut. Lo cierto es que está dispuesto, después de cualquier contratiempo, a volver a encarar la vida tan pronto como sea posible y con el espíritu adecuado.
    ¿Y cuál es el espíritu adecuado?
    El de Chunkie, creo, mantener alto el ánimo y la cola, como una bandera, ondeando con energía hasta el final.
    Un perro inteligente y sensato que aprovecha al máximo lo que tiene en vez de preocuparse por lo que no tien
  • Dianela Villicaña Denahas quoted23 days ago
    Y en la página siguiente, un poco después, está Chunkie a solas conmigo, como estuvimos durante tres semanas, porque Knobbie, por desgracia justo cuando más necesitábamos el consuelo de la compañía del otro, tuvo que marcharse en su visita semestral al amigo que, en esos momentos, la mantenía a salvo de las atenciones de Chunkie.
    En la imagen puede verse que Chunkie vuelve a estar alegre. Al principio, cuando Knobbie también se marchó, estaba muy deprimido y confuso, y para consolarlo de sus distintas dificultades lo llevaba cada tarde a ver el mar, sabiendo que le encanta bañarse y hacer agujeros en la arena; y tras varios días con este tratamiento observé con placer cómo reaparecía ese aire de no darse nunca por vencido que siempre he admirado en él
  • Dianela Villicaña Denahas quoted23 days ago
    Así he llegado al final de mi decimocuarto perro, y con él termina este recuento. Al principio expliqué que en total he tenido catorce perros y, tras recorrer la breve vida del decimocuarto, desde el día en que nació en el sofá de mi habitación hasta el día en que murió en mi regazo, ya no queda nada más que decir.
    Ahí están sus desolados padres, esperándole, sin comprender por qué no vuelve
  • Dianela Villicaña Denahas quoted23 days ago
    Y va Winkie y se muere; Winkie, cuidado, protegido, amado y en la flor de la juventud. Solo él, entre todos los perros repartidos por todas partes, cae en manos de una garrapata, de la única entre los millones de garrapatas agazapadas entre la hierba y los arbustos para abalanzarse sobre los perros que pasan, que provoca la muerte. Y otra tumba se añade a esta historia, y a mi vida
  • Dianela Villicaña Denahas quoted23 days ago
    Esta historia, como la vida, a medida que avanza va llenándose de tumbas. Se diría que cuanto más quieres a un perro y más lo cuidas, más rápido se muere, por así decirlo.
  • Dianela Villicaña Denahas quoted23 days ago
    Un perro muy querido. De todos mis perros, sin excluir a Coco, fue el que más amé. Y digo fue y pongo mi amor en pasado porque está muerto
  • Dianela Villicaña Denahas quoted23 days ago
    Raro era el momento en que no tenía sus bonitos ojos bondadosos fijos en mí. Cuando se iba a dormir y se veía obligado a cerrarlos, seguía manteniendo vivo mi recuerdo en el corazón ya que, al más ligero movimiento que yo hacía, los abría al instante y me miraba de forma inquisitiva, como preguntándome si había algo que yo necesitara de él; y adonde quiera que yo fuese él venía conmigo, y donde quiera que me sentase él daba un salto y se sentaba junto a mí
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