La hora de clase. Por una erótica de la enseñanza

Ésa es la razón por la que la lectura puede convertirse a su vez en una práctica capaz de satisfacer la pulsión.

esta sublimación fundamental, los objetos del conocimiento se transforman en objetos eróticos, ocupando el lugar de los objetos pulsionales.

evento de la palabra requiere que la boca, para acceder al regalo de la palabra, deje de estar ocupada por la presencia del seno.

irrupción separa el sujeto de la claustrofilia de lo familiar para abrirlo a un nuevo horizonte.

Donde hay enseñanza auténtica, no hay oposición entre instrucción y educación, entre contenidos cognitivos y relaciones afectivas, entre nociones y valores. Porque la auténtica enseñanza siempre está recorrida por el cuerpo, por la pulsión, al tener como meta más alta la

transformación de los objetos del saber en cuerpos eróticos.

aprender a abrirse a la apertura del deseo, abrirse a través de esta apertura a otros mundos respecto a los ya conocidos

erótica de la enseñanza se muestra ya en sí misma como una alternativa a la estéril oposición entre instrucción (contenido) y educación (valores).

esencial de la enseñanza estriba en movilizar el deseo de saber,

no podemos desvincular la instrucción del proceso educativo, es decir, de la «humanización de la vida»