La Stilla es una cantante de ópera genial, y uno de sus más fervientes admiradores es el barón de Gortz, asidua concurrente en sus actuaciones, es un personaje enigmático con medios suficientes para seguir al artista alrededor del mundo. El noble nunca se acercan a la cantante, no escribió nunca, nunca intentó verla fuera del escenario, pero su voz se ha convertido en una necesidad urgente en su vida.