Vuelve a su sitio, situado en diagonal con el de James. La mirada de éste y la mía se cruzan, y una sonrisa burlona aparece en sus labios, al tiempo que nos observa a Kieran y a mí.
—¿Qué? —articulo con los labios.
James coge el móvil. Poco después, el mío se ilumina sobre la mesa.
Le gustas.