Ácido Sulfúrico

«Si hablas, morirás; si no hablas, morirás. Así que habla y muere.»

Lo más terrible de los milagros son los límites de su impacto.

ay un proverbio árabe que me parece adecuado a las actuales circunstancias: «No bajes los brazos: correrías el riesgo de hacerlo una hora antes del milagro.»

No hay que tomar a los niños por idiotas. Un crío educado con firmeza no es el cretino que intentan imponernos.

La guerra hace aflorar la naturaleza profunda de los seres.

Su capacidad para hacer daño era únicamente verbal: era la prueba viviente de los poderes maléficos del lenguaje.

No es casual que los humanos lleven nombres en lugar de matrícula: el nombre es la llave de la persona. Es el delicado ruido de su cerradura cuando queremos abrir su puerta. Es la metálica melodía que hace que el don sea posible.

No es casual que los humanos lleven nombres en lugar de matrícula: el nombre es la llave de la persona. Es el delicado ruido de su cerradura cuando queremos abrir su puerta. Es la metálica melodía que hace que el don sea posible.

Llegó el momento en que el sufrimiento de los demás ya no les bastó: tuvieron que convertirlo en espectáculo.

Sin embargo, semejante negligencia no se contradice con la siguiente e inflexible verdad: siempre resulta más bonito llevar un nombre. Habitar unas sílabas que forman un todo es uno de los asuntos más relevantes de esta vida.