Tienes que mirar

Me enseña unos ejercicios de respiración simples pero efectivos para calmarme y bajar la frecuencia del pulso (el secreto es sencillo: la exhalación debe ser mucho más larga que la inhalación), así como para relajar la musculatura (también es fácil: para relajar los músculos, primero hay que tensarlos al máximo).

­nas, solo vitaminas. Lo más importante es que el enano de mi barriguita se sienta a gusto

Pronto estaremos en uno de esos aviones. Cuando despeguemos, abrazaré a mi hijo y miraré hacia abajo por la ventanilla. Tengo vértigo, pero, aun así, miraré.

Estaré mirándolo

Que esto se me puede y se me debe recordar, porque nuestro Minitejón merece ser recordado

No quiero distraerme. No quiero «olvidarme de eso cuanto antes». Quiero recordar. Quiero hablar de mi hijo muerto.

Al día siguiente recibiré otra pastilla para inhibir la lactancia. Con ella desaparecerá la leche. Pero no la tristeza

Solo una foto. Tenemos estudios que demuestran que las mujeres se sienten mucho mejor cuando tienen la posibilidad de mirar de vez en cuando la foto de su bebé.

Es él quien yace solo ahora, en el frío, con la cara tapada. Nadie lo conoce. Nadie lo necesita. Nadie lo ha abrazado

La muerte nace con el primer empujón, en silencio. Y con ella mi niño.

Para esto ha estado sentado aquí, en un banco, dos horas. Para abrazarme y sacarme de este infierno femenino a la fría oscuridad otoñal, donde sí pueden entrar personas de ambos sexos