os efectos físicos, tanto a corto como a largo plazo, incluyen:
Corazón acelerado, dolor de cabeza, náuseas, tensión muscular, fatiga, boca seca, sensación de mareo, aumento de la frecuencia respiratoria, dolor muscular, temblores y espasmos, sudoración, digestión alterada, supresión del sistema inmunológico y problemas de memoria. Tu cuerpo fue diseñado para soportar breves momentos de estrés agudo, pero el estrés crónico (estrés continuo) puede comenzar a causar problemas de salud crónicos, como enfermedades cardiovasculares, insomnio, desregulación hormonal, etc. Si la experiencia física ordinaria del estrés se prolonga, los efectos físicos pueden tener consecuencias en el resto de tu vida...
Los efectos mentales y psicológicos incluyen:
Agotamiento y fatiga, nerviosismo, irritabilidad, incapacidad para concentrarse, falta de motivación, cambios en la libido y el apetito, pesadillas, depresión, sensación de descontrol, apatía, etc. El estrés puede reforzar los patrones de pensamiento negativo y el diálogo interno dañino, disminuir nuestra confianza y matar nuestra motivación.
Los efectos sociales y ambientales más amplios incluyen:
Daño a las relaciones cercanas, bajo rendimiento en el trabajo, impaciencia e irritabilidad con los demás, retraimiento social y participación en conductas adictivas o dañinas. Una persona