La lista era una chorrada, o lo fue solo hasta el momento en que trazaste el primer punto y mordiste el capuchón del boli pensando en la mejor manera de redactarla. Caótica y sin sentido. Como tú. Como nosotros. Como una de esas canciones que solo entiendes cuando la has escuchado hasta el final. Y cobró importancia cuando me miraste de reojo, sonreíste, y empezaste a escribir.