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Ramiro Calle

Lo que aprendí en cincuenta años

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  • Victor Avilés Velazquezhas quoted5 months ago
    La consciencia de la muerte no es para abatirse, deprimirse, angustiarse, sino para realzar la vida y vivir cada momento con mayor nobleza y plenitud, sin dejarse alterar por disgustos, preocupaciones, absurdas fricciones o conflictos, enfados o nimiedades.
  • Victor Avilés Velazquezhas quoted5 months ago
    Todo es incierto, imprevisible, impredecible, sometido a las varia-bles de la vida... menos la muerte. Aquí o allá, dondequiera que uno esté, la muerte nos acompaña. Puede producirse cuando estamos dando un abrazo a un ser amado o cuando estamos concluyendo un libro o dando un paseo o cuando estamos organizando nuestras vacaciones o durante las vacaciones mismas. Tal vez no hay que llegar a tener un recordatorio de la muerte en la mesilla de noche —aunque yo lo tengo—, como hacían algunos ermitaños, pero saber que la muerte puede alcanzarnos a cada momento, nos ayuda, si no nos dejamos ansiar o abatir por la idea, a ser más pleno, consciente y generoso en cada momento.
  • Victor Avilés Velazquezhas quoted5 months ago
    El cuerpo, cuando lo concienciamos, nos ayuda a estar más alertas, más despiertos, y ampliamos así también los límites de la consciencia. Cuando el sistema nervioso está desarmonizado (y de esto he aprendido mucho tras mi enfermedad, que me causó una severa infección de este sistema), nuestro carácter se resiente y nuestra mente no responde como debía. Surge una labilidad psíquica que nos hace aún más vulnerables y se pierde el tono vital.
  • Victor Avilés Velazquezhas quoted5 months ago
    Para mantener el sistema nervioso bien equilibrado, también hay que tratar de evitar disgustos, enfados, fricciones innecesarias, obsesiones y pensamientos nocivos. Nada es fácil en un entorno tan condicionante y tóxico, y por eso muchas veces son imprescindibles las técnicas de autorrealización y la disciplina.
  • Victor Avilés Velazquezhas quoted5 months ago
    El cuerpo tiene una gran ascendencia sobre nuestros estados de ánimo. Por tanto, cuanto mejor se regule y equilibre el cuerpo, tanto mejor. Incluso variaciones minúsculas de las glándulas o del funcionamiento de los órganos, afectan a nuestras emociones. En el cuerpo hay energías poderosas que desperdiciamos y podríamos aprender a canalizar. Ya decía Ramakrishna que hay perlas en el cuerpo que uno hallará si bucea lo suficiente, y los antiguos textos hindúes ya nos aconsejaban «cavar» en el cuerpo. H
  • Victor Avilés Velazquezhas quoted5 months ago
    Ya que tenemos este instrumento vital que es el cuerpo, aprovechémoslo. No solo es fuente, que lo es, de placer y dolor, sino que existe esa vía para instrumentalizar el cuerpo en el cultivo de una más elevada dimensión de consciencia. La armonía del cuerpo favorece la plenitud de la consciencia. Las energías del cuerpo, bien reorientadas, ayudan a la estimulación de la consciencia.
  • Victor Avilés Velazquezhas quoted5 months ago
    Aunque en el cuerpo ya está incipiente la enfermedad, y tiende a declinar y a morir, en tanto sea posible es necesario, sin obsesión ni apego, atender, cuidar, equilibrar y armonizar el cuerpo, que puede convertirse en una preciosa herramienta de autodesarrollo y ofrecernos energías muy sutiles o finas que están aletargadas, pero hay métodos para que afloren y nos procuren una mente más atinada, estable y organizada.
  • Victor Avilés Velazquezhas quoted5 months ago
    Era Jung quien decía que ni siquiera sabemos qué es amar. Pero aprendamos a hacerlo estando en apertura e inspirémonos en lo que escribía Bergamín: «No pongas muros, ni fosos, ni vallas a tu corazón; es como está más seguro».
  • Victor Avilés Velazquezhas quoted5 months ago
    Porque hay placer hay dolor, porque hay ganancia hay perdida, porque hay victoria hay derrota, porque hay halago hay insulto. Los maestros de Oriente declaran que ellos no dicen que no haya placer, pero que por ello mismo hay sufrimiento. Lo que resulta verdaderamente poco digno de la mente humana, incluso miserable, es que, habiendo tanto sufrimiento inevitable, añadamos, por la insanía de nuestra mente, mucho más sufrimiento, que podríamos evitar, a nosotros mismos y a los demás. Como dice el antiguo adagio: «Si quieres ver un hombre verdaderamene necio, mírate al espejo». Me miro a menudo, solo con el afán de seguir viendo mi necedad y reencontrar nuevos alientos para irla superando. Si ahora que ya tengo setenta años no me tomo un real interés y esfuerzo en el o, ¿para cuándo lo voy a dejar? El místico poeta Kabir de Benarés les dijo a sus discípulos: «Miradme a mí, soy un esclavo de mi propia intensidad». El despertar de la consciencia no puede postergarse un día tras otro. Pero también consuela saber que un místico sufí les dijo a sus discípulos:

    «Porque soy débil, comprendo vuestra debilidad». De todos modos, siempre creemos que hay mucho tiempo y un día, perplejos, descubriremos que no es así. Por tanto, como aprendizaje a llevar a cabo, que sepamos que cada momento cuenta y puede tener su propio relieve, que podemos darle un sentido a la vida, aunque sea un sinsentido o un despropósito, el cual podemos tratar de vivirlo con mayor compasión, consciencia, lucidez y nobleza. Como dijo el maestro zen: «Si no comprendes el sinsentido, tampoco podrás encontrar el sentido».
  • Victor Avilés Velazquezhas quoted5 months ago
    ay que aprender a instrumentalizar la enfermedad para liberar la mente de autoimportancia, mezquindades, enredos y, en suma, el fango que tanto malogra y perturba la relación con los demás.
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