Trotalibros Editorial

  • Renato Blaz Ruizhas quoted10 months ago
    Cierto que en un momento perdió el equilibrio y cayó en un hoyo lleno de sombras; pero, por lo demás, fue un rato agradable, y el pequeño disgusto se desvaneció de inmediato ante lo que vería a continuación: el gran río que emergía silencioso y transparente del hielo a través de ella, limpiándola, elevándola, diciéndole algo, precisamente lo que necesitaba.
  • Renato Blaz Ruizhas quoted2 months ago
    sentó junto a la ventana; la noche estaba escarchada de estrellas; escarcha en el cielo y escarcha en la tierra; la Vía Láctea brillaba clara e intensa, y los árboles negros de Blawearie agitaban sus ramas sin hojas contra la ventana con un destello blanco por la escarcha; y durante horas observó por todo el campo el parpadeo de las luces de parafina de las granjas hasta que se encogieron y apagaron, dejándola en un mundo que bien podría haber estado muerto de no estar ella viva.
  • Ana Saenzhas quotedlast year
    Aparté la vista y traté de no pensar en ellos y me repetí lo que me había dicho una enfermera: «Cuando salgas del hospital debes olvidar todo lo que has visto, tienes que quitártelo por completo de la cabeza, como si nunca hubiera ocurrido; vete y vive una vida normal en el mundo de ahí fuera».

    Y por lo que he escrito en este documento, ya habrán visto ustedes que la he obedecido, ¿a que sí?
  • Ana Saenzhas quotedlast year
    Durante mucho tiempo estuve dándole vueltas a aquella reflexión. ¿Tendría razón? ¿Se reducía a fuegos artificiales toda esa literatura que tantos sentimientos y reflexiones me despertaba? ¿Era más real una demanda que una novela? Ahora era aquel interrogante el que se reía de mí, el que estimulaba mis inseguridades: «Saltas del barco de la verdad para entregarte al canto de esa sirena traicionera, te vas a ahogar en esa mentira dulce y mortal», rugiendo como un Hamlet indignado: «¿Pudisteis abandonar las delicias de aquella colina hermosa por el cieno de ese pantano?».
  • Ana Saenzhas quotedlast year
    Esto es literatura real, la que te sacude, la que te remueve, la que te hace empatizar, la que te hace sufrir penas ajenas, la que te lleva a plantearte cosas que nunca te habrías planteado por ti mismo, la que te despierta, la que, en definitiva, te hace comprender que, a pesar de las numerosas injusticias de este mundo, nunca es lo que hay, sino lo que cada uno está dispuesto a que haya. Porque hace tiempo, en el otro lado del mundo, una mujer sola, encerrada en un centro psiquiátrico y con una lobotomía programada, halló certezas, refugio, consuelo y salvación en la literatura. No existe nada más real que esto.
  • Michel Ornelashas quotedlast year
    Pabellón Dos, el de las perturbadas,
  • Michel Ornelashas quotedlast year
    Y sigue siendo invierno. ¿Por qué es invierno si los cerezos están en flor?
  • Michel Ornelashas quotedlast year
    ¿Me someterán al tratamiento mañana?
  • Michel Ornelashas quotedlast year
    Escribiré sobre aquella temporada de peligros. Me encerraron en un hospital porque se había abierto un gran abismo en el témpano de hielo entre yo misma y los demás, a quienes observaba alejarse, junto con su mundo, a través de un mar de color violeta donde los tiburones martillo nadaban con tropical soltura junto a focas y osos polares. Yo estaba sola en el hielo. Llegó una ventisca y me sentí entumecida, y quise tumbarme y dormir,
  • Michel Ornelashas quotedlast year
    ¿Qué había hecho? No había llorado, ni hablado cuando no tocaba, ni me había negado a pasar la fregona
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