Lola Pons Rodríguez

Pero tal como desaparecen realidades, y, en consecuencia, se van perdiendo las palabras que las nombran, aparecen nuevos inventos, donde también pueden reproducirse nuevos fenómenos de diversidad léxica

como los fantasmas, las palabras fantasmas no son reales pero tienden a tener vida eterna, se suceden de un diccionario a otro y para ser borradas necesitan de indubitables argumentos que confirmen su carácter espectral

Los hablantes son los dueños de la lengua y quienes la hacen cambiar, crecer o esconderse según su voluntad de usarla o no.

Técnicamente tenemos, pues, los fonemas, el léxico y la morfosintaxis.

El castellano comenzó siendo una más de las varias lenguas romances que nacieron del latín en la Península Ibérica, la lengua de un condado llamado Castilla, hablada por el pequeño número de habitantes de ese lugar que luego se hizo reino.

el conjunto de dos letras (o dígrafo)

Técnicamente lo llaman creación léxica, o, más poéticamente, onomaturgia. Y se aplica cuando sabemos que alguien, con nombre y apellidos y en una fecha determinada, creó un término nuevo

Es una demostración de que en la lengua no pueden gobernar ni un particular solo ni una institución sola: la victoria siempre depende de que los hablantes, en su uso, quieran o no hacer algo.

Ninguna lengua nació un día exacto que podamos fijar en el calendario. El español es hijo del latín y hermano de otras lenguas romances como el catalán, el gallego, el rumano o el francés, entre otros. De ninguno de ellos sabemos cuándo empezó a ser un romance y dejó de ser latín

alguien me dijo una vez, sobre el modo subjuntivo del verbo español: Usamos el indicativo, yo no creo que el subjuntivo se use mucho...