bookmate game
es

Kazuo Ishiguro

    Abril Castillohas quotedlast year
    no era sólo oír cosas de Hailsham, sino recordar Hailsham como si se hubiera tratado de su propia infancia
    Abril Castillohas quotedlast year
    A lo largo de los años ha habido veces en que he tratado de dejar atrás Hailsham, diciéndome que no tenía que mirar tanto hacia el pasado. Pero luego llegué a un punto en el que dejé de resistirme. Y ello tuvo que ver con un donante concreto que tuve en cierta ocasión, en mi tercer año de cuidadora; y fue su reacción al mencionarle yo que había estado en Hailsham.
    Abril Castillohas quotedlast year
    Soy una ex alumna de Hailsham, lo que a veces basta por sí mismo para conseguir el respaldo de la gente. Kathy H., dicen, puede elegir, y siempre elige a los de su clase: gente de Hailsham, o de algún otro centro privilegiado. No es extraño que tenga un historial de tal nivel.
    Abril Castillohas quotedlast year
    Los cuidadores no somos máquinas. Tratas de hacer todo lo que puedes por cada donante, pero al final acabas exhausto.
    Abril Castillohas quotedlast year
    Cuando hoy recorro en coche el país, aún sigo viendo cosas que me recuerdan a Hailsham. Paso por la esquina de un campo neblinoso, o veo parte de una gran casa en la lejanía, al descender hacia un valle, o incluso cierta disposición peculiar de álamos en determinada ladera, y pienso: «¡Creo que ahora sí! ¡Lo he encontrado! ¡Esto sí es Hailsham!» Entonces me doy cuenta de que es imposible
    Abril Castillohas quotedlast year
    Era una de las cosas que hacían tan especial a Hailsham –dijo en cierta ocasión–. Lo mucho que se fomentaba la valoración del trabajo de los demás.
    –Es cierto –dije yo–. Pero a veces, cuando pienso en los Intercambios, hay muchas cosas un tanto extrañas. La poesía, por ejemplo. Recuerdo que se nos permitía presentar poemas en lugar de dibujos o pinturas. Y lo extraño del caso es que a todos nos parecía bien, que tenía sentido para nosotros.
    –¿Por qué no iba a tenerlo? La poesía es importante.
    –Pero estamos hablando de escritos de gente de nueve años, de versitos raros, con faltas de ortografía, en cuadernos de ejercicios. Nos gastábamos los preciosos Vales en un cuaderno lleno de esos versos en lugar de en algo realmente bonito que decorase lo que veías desde la cama. Si teníamos tantas ganas de leer los poemas de alguien, ¿por qué no nos conformábamos con pedírselos prestados para copiarlos en nuestro cuaderno cualquier tarde? Pero ¿te acuerdas?, no era así. Se acercaba un Intercambio y nos sentíamos divididas entre los poemas de Susie K. y aquellas jirafas que solía hacer Jackie
    Abril Castillohas quotedlast year
    El proceso se iniciaba semanas antes, cuando los custodios empezaban a hacer una severa criba de nuestro trabajo –pinturas, bocetos, cerámica, redacciones y poemas–. El proceso de selección duraba unos quince días, al cabo de los cuales cuatro o cinco obras de cada año de primaria y secundaria acababan en la sala de billar. La sala de billar se cerraba durante este período de tiempo, pero si te subías al muro bajo de la terraza de fuera podías ver a través de las ventanas cómo crecía el botín de nuestras obras. Cuando los custodios empezaban a disponerlas pulcramente sobre mesas y caballetes, como si prepararan –a escala mínima– alguno de nuestros Intercambios, entonces sabías que Madame llegaría a Hailsham al cabo de unos días
    Abril Castillohas quotedlast year
    Y aunque lo que hicimos fue seguir nuestro camino, todas lo habíamos sentido: fue como si hubiéramos pasado de un sol radiante a una sombra heladora. Ruth tenía razón: Madame nos tenía miedo. Pero nos tenía miedo del mismo modo en que a alguien podían darle miedo las arañas
    Abril Castillohas quotedlast year
    Si no le gustamos, ¿por qué quiere nuestro trabajo? ¿Por qué no nos deja en paz? ¿Quién le manda venir a Hailsham
    Abril Castillohas quotedlast year
    Es como si al pasar por delante de un espejo ante el que pasas todos los días de tu vida reparas de pronto en que el cristal te devuelve algo más que de costumbre, algo turbador y extraño
fb2epub
Drag & drop your files (not more than 5 at once)