En 1922, para asegurarse de que Frida recibiera la mejor educación posible, la inscribió en la Escuela Nacional Preparatoria de San Ildefonso. Ella fue una de las 35 mujeres recibidas en esta escuela que contaba con 2.000 estudiantes y se convirtió en una de las personas más sobresalientes de su clase, a la par de otros compañeros hombres que llegarían a ser destacados intelectuales y líderes políticos.