Nunca conquistarán un mundo nuevo quienes se quedan lejos con los brazos cruzados, sino quienes saltan a la palestra, aquellos cuyas prendas son desgarradas por la tempestad y cuyos cuerpos son mutilados en la contienda. El honor pertenece a quienes nunca renuncian a la verdad, incluso en las condiciones más adversas, a quienes lo intentan una y otra vez, a quienes no desfallecen frente a los insultos, las humillaciones y ni siquiera por las derrotas. Desde el nacimiento de la historia,