Alan Bullock

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Adal Cortezhas quoted4 months ago
Ya inmerso en la planificación de la campaña, la preocupación principal de Goebbels era el dinero. «Por todas partes nos piden dinero —escribía en su diario—. Y nadie nos quiere dar un crédito. Una vez se consigue el poder, tienes dinero fácilmente, pero es entonces cuando ya no lo necesitas. Sin el poder, necesitas el dinero, pero en ese caso es cuando no se consigue21».
Adal Cortezhas quoted4 months ago
De lo único que podría culparse Von Papen sería de haber cometido el error más notable de toda la historia del siglo XX. Aun cuando bien es verdad que Hitler reiteraba constantemente su intención de respetar la «legalidad», también lo es que jamás mantuvo en secreto qué entendía por tal cosa. En su declaración ante el tribunal de Leipzig en 1930, Hitler explicaba:
Lo único que hace la constitución es delimitar el campo de batalla, pero no fija los objetivos. Nos incorporamos a las instituciones legales y de ese modo pretendemos hacer de nuestro partido el factor determinante. No obstante, una vez que poseamos el poder constitucional, moldearemos el Estado en la forma que nos parezca conveniente36.
Todavía más clara fue la respuesta que Hitler dio a Brüning cuando el canciller, en los tiempos en que aún lo era, le desafió directamente en un intercambio público de cartas, en diciembre de 1931. Brüning escribía: «Cuando un hombre declara que una vez que haya conquistado el poder por medios legales piensa saltarse todas las barreras, ese hombre no se atiene realmente a la legalidad».
Adal Cortezhas quoted4 months ago
A Hitler siempre se le revolvía el estómago con las discusiones o cuando se le llevaba la contraria, pero hasta entonces se había estado resignando con las críticas de Schacht a Göring y al plan cuadrienal porque pensaba que la continuidad de la presencia de Schacht en el Ministerio de Economía era esencial para que el régimen mantuviese la confianza de los círculos financieros tanto en el país como en el extranjero. Schacht, como es lógico, dio su brazo a torcer. Pero Hitler empezó entonces a preguntarse si realmente importaba ya que Schacht se quedase o se fuera.
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