primera premisa del libro explica que educar significa introducir a la realidad mediante el testimonio de una forma de estar ante la vida y las cosas. Se trata de testimoniar que hay un sentido, un bien posible, una verdad que se puede conocer y amar, una belleza que da gusto a la vida. La segunda premisa explica que: «La realidad no se afirma nunca verdaderamente si no se afirma la existencia de su significado», es decir, una positividad última que el adulto testimonia con su vida.