Pablo Stefanoni

  • Jonathan Lomelihas quotedlast year
    Parte del terreno perdido en su capacidad de capitalizar la indignación social fue ganándolo la derecha, que se muestra eficaz en un grado creciente para cuestionar el “sistema” (más allá, como veremos, de lo que esto signifique). En otras palabras, estamos ante derechas que le disputan a la izquierda la capacidad de indignarse frente a la realidad y de proponer vías para transformarla.
  • DDaudalagidhas quoted2 years ago
    Escrito en febrero de 2020 en la revista The Atlantic, el artículo toma un hecho puntual –una conferencia nacional-conservadora reunida en Roma con el pomposo nombre “Dios, honor, país: Ronald Reagan, papa Juan Pablo II y la libertad de las naciones”– para ponerle la lápida al liberalismo conservador republicano, atlantista y partidario de la globalización capitalista, tal como lo conocimos en los años ochenta y noventa del siglo XX.
  • DDaudalagidhas quoted2 years ago
    Se proyectó una visión del mundo que, en términos del británico David Goodhart, se divide entre los de “algún lugar” (somewheres) y los de “ningún lugar” (anywheres).[
  • DDaudalagidhas quoted2 years ago
    Si Reagan y Juan Pablo II estaban unidos por algo, era por una gran, ambiciosa y generosa idea de la civilización política occidental, en la que una Europa democrática estaría integrada por múltiples vínculos económicos, políticos y culturales, y se mantendría unida bajo el paraguas de la hegemonía estadounidense.
  • DDaudalagidhas quoted2 years ago
    El problema que enfrentaban era que Trump enamoró a las bases republicanas, que ya venían siendo transformadas por los efectos del Tea Party, un movimiento social que buscaba volver a los viejos buenos tiempos del Estado pequeño y la hegemonía blanca de los orígenes de los Estados Unidos, y que funcionó como un poderoso impulso político-cultural contra las élites políticas, incluidas las que estaban al frente del partido del elefante.
  • DDaudalagidhas quoted2 years ago
    Enzo Traverso retoma el término “posfacismo” elaborado por el filósofo húngaro Gáspár Miklós Tamás. Estas nuevas derechas radicalizadas no son, sin duda, las derechas neofascistas de antaño. Es claro que sus líderes ya no son cabezas rapadas ni calzan borceguíes, ni se tatúan esvásticas en el cuerpo. Son figuras más “respetables” en el juego político. Cada vez parecen menos nazis; sus fuerzas políticas no son totalitarias, no se basan en movimientos de masas violentos ni en filosofías irracionales y voluntaristas, ni juegan con el anticapitalismo (Tamás, 2000).
  • DDaudalagidhas quoted2 years ago
    “Lo que caracteriza al posfacismo es un régimen de historicidad específico –el comienzo del siglo XXI– que explica su contenido ideológico fluctuante, inestable, a menudo contradictorio, en el cual se mezclan filosofías políticas antinómicas” (Traverso, 2018: 19).
  • DDaudalagidhas quoted2 years ago
    Sin embargo, un uso extendido de la categoría “posfascismo” presenta el problema de que no todas las extremas derechas tienen sus raíces en la matriz fascista; que las que las tienen, como apunta el propio Traverso, están emancipadas de ella y, quizás más importante, que el término “fascista”, incluso con el prefijo post, tiene una carga histórica demasiado fuerte y, al igual que ocurre con el de “populismo”, combina una intención descriptiva y heurística con su uso corriente como forma de descalificación en el debate político.
  • DDaudalagidhas quoted2 years ago
    La diferencia sería que, mientras el populismo de derecha da respuestas (xenófobas y reaccionarias) a demandas democráticas, en la constitución de las derechas extremas estas demandas democráticas estarían ausentes.[
  • DDaudalagidhas quoted2 years ago
    Al mismo tiempo, la entrada de las derechas radicales al juego democrático fue presionando a las derechas más moderadas a radicalizarse sobre algunas temáticas para evitar la migración de los votos hacia las fuerzas inconformistas (un ejemplo es el Partido Popular en España, que giró a la derecha para evitar fugas hacia Vox y terminó por abandonar el espacio de centroderecha, que en un momento pareció ser seducido por Ciudadanos; otro ejemplo es el de Austria, donde los conservadores terminaron mimetizándose con la extrema derecha y cogobernando con ella aunque recientemente la cambiaron por Los Verdes).
fb2epub
Drag & drop your files (not more than 5 at once)