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Un hombre sensato debe tener bastante compañía consigo mismo.

Si él la amase con toda la fuerza de su alma mezquina, no la amaría en ochenta años tanto como yo en un día.

Te has portado tan bien, que te amo tanto como si fuera digno de tu amor

Esas brusquedades y cambios me han valido fama de cruel,

No soy yo quien ha desgarrado tu corazón. Te lo has desgarrado tú, y al desgarrártelo has desgarrado el mío

Cuando la perdí, fue como si desapareciera bajo mis pies la tierra firme. Míreme ahora: soy un náufrago agarrado a una tabla.

Hay sobre la tierra tres únicas fuerzas capaces de someter para siempre la conciencia de esos seres débiles e indómitos – haciéndoles felices – : el milagro, el misterio y la autoridad

El amor es despiadado y a menudo recibí su disgusto

cuando ya el día se convierte en recuerdo: —¡elegid la soledad buena, la soledad libre, traviesa y ligera, la cual os otorga también derecho a continuar siendo buenos en algún sentido!

toda compañía es mala, excepto la de nuestros iguales