ero no se puede cambiar lo que está hecho.
Lo que sí se puede… es enmendar, componer, corregir aquello que se hizo mal. Aquello de lo que somos responsables. Y rogar a quien quiera que esté escuchando, sean los ángeles o los espectros, la suerte o el destino, que ese corazón que se rompió por nuestra causa, pueda reintegrarse de alguna manera.