¿Acaso, me preguntaba, poder mantenerme a mí misma no era sólo un «objetivo» que quisiera lograr, sino una situación fundamental para mi motivación y mi sensación de logro personal? ¿Que, en palabras de mi padre, necesitara el «tirón» de la necesidad económica junto con el «empuje» de mi propio impulso para sentirme viva? O una variante de esto: yo necesitaba crear mi propia seguridad. Abandonar mi lucha y dejarme caer hacia una vida más fácil significaba abandonarme a mí misma.