Joseph Conrad

No eran colonizadores; su administración equivalía a una pura opresión y nada más, imagino. Eran conquistadores, y eso lo único que requiere es fuerza bruta, nada de lo que pueda uno vanagloriarse cuando se posee, ya que la fuerza no es sino una casualidad nacida de la debilidad de los otros

No me gusta el trabajo, a ningún hombre le gusta, pero me gusta lo que hay en el trabajo, la ocasión de encontrarse a sí mismo

Era un grupo temerario pero sin valor, voraz sin audacia, cruel sin osadía. No había en aquella gente un átomo de previsión ni de intención seria, y ni siquiera parecían saber que esas cosas son requeridas para el trabajo en el mundo

Ningún miedo logra resistir al hambre, ni hay paciencia que pueda soportarla.

Es curiosa la vida… ese misterioso arreglo de lógica implacable con propósitos fútiles! Lo más que de ella se puede esperar es cierto conocimiento de uno mismo… que llega demasiado tarde… una cosecha de inextinguibles remordimientos. He luchado a brazo partido con la muerte

la fuerza no es sino una casualidad nacida de la debilidad de los otros

' '¿Es usted alienista?', lo interrumpí. 'Todo médico debería serlo un poco', respondió aquel tipo original con tono imperturbable.

Prefiero ser perezoso y pensar en las bellas cosas que pueden hacerse. No me gusta el trabajo, a ningún hombre le gusta, pero me gusta lo que hay en el trabajo, la ocasión de encontrarse a sí mismo. La propia realidad, eso que sólo uno conoce y no los demás, que ningún otro hombre puede conocer.

La mente del hombre es capaz de todo, porque todo está en ella, tanto el pasado como el futuro.

Me encontré una vez más en la ciudad sepulcral, sin poder tolerar la contemplación de la gente que se apresuraba por las calles para extraer unos de otros un poco de dinero, para devorar su infame comida, para tragar su cerveza malsana, para soñar sus sueños insignificantes y torpes.