Marcela Citterio

Él debería tener prohibido caminar libremente por el mundo…

Sabía que ella no merecía mis dudas ni mis incertidumbres.

Sabía que la vida es corta y ella hacía que valiera la pena.

con una lente de contacto menos. Sí, soy miope.

ÉL con mayúsculas. ÉL con subrayado. ÉL, el más sexy. ÉL, el más condenadamente ardiente.

ÉL. ÉL. ÉL. ÉL, el más… todo

Miro sus labios y se me ocurre dejar de hablar y besarla. Dejar de pensar y besarla. Dejar todo y besarla… besarla… Llevármela a la cama. Desnudarla. Amarla, al menos por un rato.

despatarrada, algo despeinada y con una lente de contacto

Yo NO quiero despedirme. Quiero que me digas que no me vas a dejar ir porque me vas a extrañar demasiado. Quiero que reconozcas que ya no hay vuelta atrás con nuestra relación, que no te importa ni la realeza ni mi principado ni nada, quiero que te levantes ya, me abraces y me digas: “Te amo”… porque lo único que temo en esta vida es perderte… ¡Porque yo te amo, Aurora!

Crecí siendo un príncipe, creyendo que el mundo era mío.
Hasta que la conocí a ella.
Y ella fue mi mundo entero

veo que del otro ascensor sale ÉL.
ÉL con mayúsculas. ÉL con subrayado. ÉL, el más sexy. ÉL, el más condenadamente ardiente.
ÉL. ÉL. ÉL. ÉL, el más… todo.