—¿Y ahora qué estás haciendo? —susurró confusa.
—Lo que más me asusta en esta vida —respondió él mientras entraba en el vestidor—. Lo que juré que nunca sería capaz de hacer… Así que imagino que significa q-que es lo correcto.
Sacó una pila de ropa de uno de los cajones y la lanzó sobre la cama.
—Te estoy dejando.
—Por supuesto que sí —escupió Thea, pero el veneno en su voz fue la manera que se pudiese escuchar cómo se le rompía el corazón—. Porque eso es lo que siempre haces. Irte.
Gavin no picó el anzuelo. Cerró con calma la cremallera de su maleta una vez hubo guardado sus cosas.
—No, yo no hago eso. Ese es tu padre. Y yo no soy tu padre.
—Gavin… —Ahora era ella quien suplicaba.
Se frenó al llegar al arco de la puerta, pero no la miró.
—La historia de fondo lo es todo, Thea. Analiza la tuya y quizás, entonces, podamos tener otra oportunidad.