Carolina Maria de Jesús

Salí indispuesta, con ganas de acostarme. Pero el pobre no reposa, no tiene el privilegio de gozar del descanso

Esto, a su vez, también genera prejuicios sobre quiénes tienen capacidad y talento para la escritura. En otras palabras, no existen narradoras y narradores lo suficientemente buenos en las favelas como para llegar a la fama. El segundo problema que Evaristo halla con esta interpretación, es que separa y pone en oposición a la autora con respecto a la comunidad de la que proviene. Luego entonces, se amplifica el discurso opresor, pues se plantea que las personas de este origen no son productivas, ni valiosas, Carolina Maria de Jesus es “de las buenas” y es por eso que vale la pena leer su trabajo. Es planteada como una escritora talentosa a pesar de y no gracias a su comunidad de origen.

…No iba a comer porque el pan era poco. ¿Será que soy sólo yo la que lleva esta vida? ¿Qué puedo esperar del futuro?

…Hice la comida. Me pareció bonita la manteca friendo en la olla. ¡Qué espectáculo deslumbrante! Los niños sonriendo viendo la comida hervir en las ollas. Aún más cuando es arroz y frijoles, es un día de fiesta para ellos.

Hasta ustedes, frijoles con arroz, nos abandonan! Ustedes que eran los amigos de los marginales, los favelados, los indigentes. Quién lo diría. Hasta el frijol nos olvidó. No está al alcance de los infelices que están en el cuarto de desechos.

…El cielo es hermoso, digno de contemplar porque las nubes vagan y forman paisajes deslumbrantes. Las brisas suaves atraviesan conduciendo los perfumes de las flores. Y el astro rey siempre puntual para despuntar y recluirse. Las aves recorren el espacio demostrando su contento. En la noche surgen las estrellas brillantes para adornar el cielo azul. Hay varias cosas bellas en el mundo que no es posible describir. Sólo una cosa nos entristece: los precios, cuando vamos a hacer compras. Ofusca todas las bellezas que existen.

Me di cuenta de que en la carnicería le echan creolina a la basura, para que el favelado no recoja la carne para comer. No desayuné, iba caminando un poco mareada. El mareo del hambre es peor que el del alcohol. El mareo del alcohol nos impulsa a cantar. Pero el del hambre nos hace temblar. Me di cuenta de que es horrible tener sólo aire dentro del estómago.

Estoy desorientada, sin saber qué iniciar. Quiero escribir, quiero trabajar, quiero lavar ropa. Tengo frío. Y no tengo zapatos para ponerme. Los zapatos de los niños están rotos.

…Hoy estoy triste. Dios debería darle un alma alegre al poeta.

Hay veces que me disgusta ser mujer. Di gracias a Dios cuando él se despidió.