Bärenhaus

incluía polainas quirúrgicas, guantes de látex, barbijos, y gafas de protección.

—¿Qué tal me veo? —preguntó Marian, coqueta.

—Como alguien que manipulará

No dejes que los indeseables te dobleguen.

Margaret Atwood

—Que tengas un buen día —le dijo con su mejor sonrisa cuando ya no podía quedarse más tiempo conversando.

vos me viste entre la multitud, y…y…—Mateo se agitó, tragó saliva y tomó aire —, fui alguien y sentí que tenía valor para alguien.

el mundo podía ser una grandísima mierda, pero también que podía ser algo extremadamente hermoso.

En la persona que le estaba enseñando que el mundo podía ser una grandísima mierda, pero también que podía ser algo extremadamente hermoso.

que el mundo podía ser una grandísima mierda, pero también que podía ser algo extremadamente hermoso.

Me educaron enseñándome que la vida es una cuestión de elecciones. Cada hecho, cada cosa que hacemos, es una elección.

Nadie que tenga que recriminarse nada ni sentirse culpable porque los demás lo quieran,

Tomás sonrió. Se emocionó. Lloró hasta desahogarse.

Entendió que era algo para alguien.

Era alguien para alguien.