Ricardo Chávez Castañeda

  • galyhas quotedlast year
    El llanto no se calmaba porque las lágrimas parecían estarme señalando que estaba metido en un problema de verdad.
  • galyhas quotedlast year
    Mi cuerpo empezó a actuar sin mí
  • Grishas quoted2 years ago
    Creo que lo importante no es elegir lo que puedes soltar —murmuré sin saber lo que estaba diciendo, pero sabiendo que no podía dejar a mi hermanita así, sujetando con tanta fuerza el elefante de peluche—, sino reconocer aquello de lo que no te puedes soltar
  • Valhas quotedlast year
    escapando de las reuniones dominicales, fue la terrible idea de que a lo mejor mi primo se había muerto cuando estuvimos en "La colina de los muertos".
  • Valhas quotedlast year
    escapando de las reuniones dominicales, fue la terrible idea de que a lo mejor mi primo se había muerto cuando estuvimos en "La colina de los muertos".

    Eso es lo que se me ocurrió pensar. Y luego ese horroroso pensamiento permaneció aleteando como mosca en la telaraña de mi cerebro sin poderse salir de mí: que en algún momento, mientras Paco y yo caminábamos por las calles muertas, entre las casas muertas, bajo el cielo muerto, a él se le había acabado su media vida.

    Fue por miedo. Por puro miedo que me alejé de él, porque si Paco se había quedado convertido en algo parecido a una momia, él no tendría que lanzarse tras de mí para estar siempre a mi lado.

    De modo que para mí Paco murió mucho antes de que de verdad muriera.

    La última vez que volvimos a hablar él y yo, antes de que a mi padre le ofrecieran un nuevo trabajo y nos mudáramos de la ciudad, fue en la puerta de la casa de nuestra abuela. Mi papá se había ido con mis hermanos mayores por el automóvil que se hallaba estacionado a unas calles de distancia y mi mamá se estaba despidiendo de mis tías, cuando mi primo llegó con las manos en los bolsillos y una leve curva en la comisura de los labios, como el principio de una sonrisa.

    «Quiero darte algo», dijo, y, sin más ni más, extrajo las manos de sus bolsillos y en sus manos aparecieron dos enormes fajos de estampas.

    Inmediatamente las reconocí. Cualquiera en mi familia las reconocería al instante. Todos sabíamos que Paco no tenía tesoro más preciado que su colección de seres inmortales que él mismo dibujaba en tarjetas blancas cada vez que se topaba con uno de ellos en alguna leyenda, mito, película, historieta.

    «Quédatelas», me dijo y con esa simple palabra me dio a todos sus ángeles.

    Me dijo mi mamá, «debe quererte mucho para darte a todos sus ángeles».

    Nunca más volví a ver a mi primo. Entré a la secundaria, cursé la preparatoria, y cuando entré en la universidad, Paco murió de verdad
  • Valhas quotedlast year
    El mundo y la vida lo asustaban, y pensé que quizá para un fantasma eso es lo peor, descubrirse metido en un sitio donde nada ni nadie es fantasma.
  • Valhas quotedlast year
    No está bien ser demasiado valiente porque entonces tú te conviertes en el terror
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