En una serie de imágenes Goya muestra la plenitud del individuo en el ejercicio de su oficio, ya sea el de campesino, artesano, herrero o aguadora. Y la actitud de Goya frente a la profesión que él ejerce, la pintura, lo confirma. Encuentra su dignidad en su trabajo. Una vida dedicada a interpretar y representar el mundo merece respeto. No podemos evitar que nos sorprenda esta abundante creación, que se mantiene durante casi sesenta años y de la que nos han llegado casi dos mil obras: pinturas murales, cuadros, grabados, litografías, etc. El dibujo que lleva por leyenda Aun aprendo (fig. 31), que el pintor realiza a los ochenta años, adquiere aquí el valor de un manifiesto.