Si alguien le habla de que el contexto económico, el país, el momento o lo que sea no es favorable, escúchele, pero sea consciente de que en ese mismo momento, mientras ustedes charlan de eso, hay una persona o negocio al que le está marchando mejor que nunca. No hay ningún aspecto de la realidad que afecte a todos por igual. Ninguno. No existe tal cosa como «la realidad». El problema radica en que, como vemos todos los días el mismo barrio, la misma gente y hacemos más o menos las mismas actividades, concluimos, erróneamente, que eso es la realidad.