es
Ernesto Sabato

Sobre héroes y tumbas

Notify me when the book’s added
To read this book, upload an EPUB or FB2 file to Bookmate. How do I upload a book?
  • b0862305285has quoted4 years ago
    "Casi nunca suceden cosas" le diría Bruno, años después, "aunque la peste diezme una región de la India".
  • Miguel Guisahas quoted4 years ago
    Aunque por otro lado pienso que no debería verte nunca. Pero te veré porque te necesito.
  • Maríahas quoted3 years ago
    Se puede querer a alguien y de pronto desestimarlo y hasta detestarlo. Y si cuando lo desestimamos cometemos el error de decírselo, eso es una verdad, pero una verdad momentánea, que no será más verdad dentro de una hora o al otro día, o en otras circunstancias. Y en cambio el ser a quien se la decimos creerá que ésa es la verdad, la verdad para siempre y desde siempre. Y se hundirá en la desesperación.
  • Maríahas quoted3 years ago
    Por momentos pensaba que aquella Alejandra que ahora estaba viendo allí, riendo de los chistes de Quique, no era, no podía ser la misma que él conocía y, sobre todo, no podía ser la más profunda, la maravillosa y terrible Alejandra que él amaba.
  • Maríahas quoted3 years ago
    “persona” quería decir máscara y cada uno tenía muchas máscaras: la del padre, la del profesor, la del amante. Pero ¿cuál era la verdadera? ¿Y había realmente una que fuese la verdadera?
  • Rincón Maldonadohas quoted7 months ago
    —La volví a ver en el mismo lugar del parque, pero recién en febrero de 1955.
  • Rincón Maldonadohas quoted7 months ago
    —La volví a ver en el mismo lugar del parque, pero recién en febrero de 1955.
  • Cinthia Segoviahas quoted7 months ago
    —No, tonto, no… Estoy pensando…, yo misma no tengo las cosas claras… Pero te quiero, te necesito, de eso estoy segura
  • Cinthia Segoviahas quoted7 months ago
    brazando con fuerza a Alejandra, sintiendo su cuerpo cálido junto al suyo, como si un poder invencible lo dominara, empezó entonces a besar su cara, sus ojos, sus mejillas, su pelo, hasta buscar aquella boca grande y carnosa que sentía a su lado. Por un instante fugacísimo sintió que Alejandra rehuía su beso: todo su cuerpo pareció endurecerse y sus brazos tuvieron un movimiento de rechazo. Luego se ablandó y pareció apoderarse de ella un frenesí.
  • Cinthia Segoviahas quoted7 months ago
    Sí… creo que sí… Pero no veo por qué esa perspectiva puede alegrarte.

    —¿Por qué no? —preguntó Martín con dolor.

    Con voz seria, ella repuso:

    —Porque no soporto a nadie a mi lado y porque te haría mucho, pero muchísimo mal.
fb2epub
Drag & drop your files (not more than 5 at once)