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Lewis Carroll

Alicia a través del espejo

  • Camilo Ramirezhas quoted7 years ago
    Esta vez llegó hasta un gran lecho de flores bordeado de margaritas con un enorme acebo en el centro.
    —Oh, Lirio Atigrado —dijo Alicia, dirigiéndose a uno que se mecía al viento con garbo—, ¡ojalá pudieras hablar!
    —El hecho es que sí podemos —dijo el Lirio Atigrado—, siempre que haya alguien con quien valga la pena hacerlo.
  • Camilo Ramirezhas quoted7 years ago
    «Imagínate que somos»
  • Steven Manhas quoted4 years ago
    Despertar
    … al final resultó que era una gatita.
  • Steven Manhas quoted4 years ago
    Primero has de conseguir un palo recto —dijo el Caballero—. Luego tienes que hacer que el pelo se le trepe, como una enredadera. Porque la razón por la que el cabello se cae es porque cuelga hacia abajo… Nada cae hacia arriba, ¿comprendes? Es un invento propio. Puedes probarlo si quieres.
  • Cristian Canohas quoted20 days ago
    De qué insectos disfrutas pues en el lugar de donde vienes? —se interesó el Mosquito.

    —No creo que disfrute precisamente de ninguno —explicó Alicia—, porque les tengo algo de miedo… Al menos a los más grandes. Pero puedo decirte los nombres de algunos.

    —Y ellos, desde luego, responden a sus nombres —dio por hecho el Mosquito.

    —No sabía que hicieran eso.

    —¿Y de qué les sirve tener nombres —dijo el Mosquito—, si no se dan por aludidos?

    —No les sirve a ellos —dijo Alicia—, sino a la gente que se los pone, supongo. Si no, ¿por qué tienen nombres las cosas?

    —No sabría decirlo —dijo el Mosquito—. Allí en el bosque no tie‍
  • Cristian Canohas quoted20 days ago
    en realidad era un elefante, como Alicia no tardó en comprobar, aunque al principio la idea la dejó bastante perpleja.
  • Cristian Canohas quoted20 days ago
    Bueno, en nuestro país —dijo Alicia, aún resoplando—, cuando corres tanto y tan rápido como nosotras… acabas llegando a otro sitio.

    —¡Qué lentitud de país! —dijo la Reina—. En cambio, aquí has de correr tanto como puedas para permanecer donde estás. ¡Y dos veces más rápido si quieres ir a otro sitio!

    —¡Oh, no, por favor! Preferiría no intentarlo —dijo Alicia—. Aquí estoy de maravilla. ¡Eso sí, muy acalorada y sedienta!
  • Cristian Canohas quoted20 days ago
    Para eso está el acebo en el centro —dijo la Rosa—. ¿Para qué si no?

    —Pero ¿qué es lo que puede hacer en caso de peligro?

    —Asustar —dijo la Rosa.

    —Hace: «¡Bo!» —gritó una Margarita—. ¡Por eso se llama así!

    —¿O acaso no lo sabías? —gr
  • Cristian Canohas quoted20 days ago
    Más tarde diría que nunca en su vida había visto una cara como la que puso el Rey cuando se vio por los aires, sujeto por una mano invisible que lo desempolvaba. Estaba demasiado asombrado para gritar, pero sus ojos y su boca se fueron haciendo más y más grandes y más y más redondos hasta que a Alicia le di
  • Cristian Canohas quoted21 days ago
    niebla! Será muy fácil atravesarla… —Esto lo dijo Alicia encaramada a la repisa de la chimenea, aunque no tenía ni idea de cómo había llegado hasta allí. El caso es que el espejo, efectivamente, como una brillante niebla de plata, estaba empezando a deshacerse.

    Un segundo después, Alicia estaba al otro lado y de un saltito llegaba a la Habitación de
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