Esta obra presenta la formación de las condiciones socioculturales que permitieron que el cristianismo se transformara en una religión universal, a través de un proceso de institucionalización y difusión por el mundo antiguo, lo que permitió que no permaneciera sólo como un grupo sectario al interior del judaísmo. La Edad Media sería incomprensible sin el cristianismo, que introdujo entre los pueblos bárbaros de Europa la noción de universalidad. El texto se presenta para un lector no especializado, pero de gran interés para el especialista, y muestra de manera ordenada y minuciosa el desarrollo de la cultura cristiana, tanto en Oriente como en Occidente. Con esta ambiciosa obra, el autor nos recuerda que el cristianismo es una religión histórica, no está basada en principios abstractos, sino en sucesos históricos reales.