Durante una de las reuniones del Club de los Martes, la ingeniosa Miss Marple relata cómo ayudó a su sobrina Mabel a demostrar su inocencia cuando fue acusada injustamente por el asesinato de su esposo. Agatha Christie demuestra una vez más que sus detectives son profundamente sagaces, tanto los profesionales como los aficionados, y que ella conoce como nadie la naturaleza humana.