Por más que lo intentes, siempre tendrás la sensación de haberte perdido algo, el sentimiento metido bajo la piel de no haberlo vivido todo. Ese corazón abatido te dirá siempre que has pasado por alto momentos en los que deberías haberte fijado.
Bien, acostumbrémonos a esta sensación. Algún día, la vida se reducirá tan solo a eso.