La hipótesis para empezar este libro fue la siguiente: la guerra ha sido tan devastadora, tan cruenta, tan llena de trampas y mentiras, que nos ha obligado a concentrarnos en ella y sus horrores. Y esa guerra tiene varias aristas: gobiernos corruptos atravesados por asesinos y por políticos al servicio de mafias secretas, guerrilleros conformando carteles de traficantes de drogas y secuestrando a los ciudadanos a diestra y siniestra, paramilitares genocidas obsesionados con la sangre y el exterminio, capos, sicarios, torturadores, víctimas por todas partes y en todos los estratos sociales. Una realidad tan siniestra nos ha obligado a directores de cine, pintores, escritores, cronistas y ensayistas a retratar y a reflexionar el entorno para no re