Amor irresistible

No puedo explicar la química. Hay gente que la tiene, y hay gente que no.

—No hay nada de qué hablar. Vuelve con tu nuevo novio

—Porque acabo de hablar con Demi y me ha dicho que te gustaría firmar con algún club después de la graduación

—Ey, entrenador —le digo—. Tu hijo favorito Garrett Graham está al otro lado de la línea. ¿Te importa si lo cojo?

Y cuando quiero a alguien, mi primer instinto es protegerlo, apoyarlo, animarlo a abrazar sus fortalezas y combatir con sus debilidades.

Pero supongo que mis sentimientos no importan, porque mientras vamos en el coche de alquiler desde el aeropuerto, mi padre me informa de que los Delgados nos acompañarán esta noche

En mi cabeza nos estamos liando durísimo ahora mismo. —Parpadea con inocencia—. Es maravilloso, por si te lo preguntabas—. Le titilan los ojos. —Te insto a reconsiderarlo.

Si su disparo es una décima parte más lento de lo habitual, te voy a hacer responsable personalmente, Albertson.

—Lo siento, entrenador —murmura el oficinista.

Su honestidad me pone un montón. Y aunque no había planeado usarlo esta noche, sí que era mi movimiento estrella. Solo que ha ocurrido de manera natural

Se me secan los labios. Me los lamo, y el calor destella en la expresión de Demi.

—Tienes pelo en los ojos —digo con la voz seca.

Acerco la mano para apartárselo con cuidado. Apoyo el pulgar en su pómulo al ponerle el pelo por detrás de la oreja, la que no está hinchada