El matrimonio de los peces rojos

El hombre pertenece a esas especies animales que, cuando están heridas, pueden volverse particularmente feroces.
Gao Xingjian

La realidad me parecía un agujero negro en el que no cabía ninguna posibilidad entusiasmante de futuro

Ahora que lo pienso, los compañeros de piso cumplen en ocasiones el papel de las mascotas y el vínculo con ellos es igual de complejo.

Sin embargo, cuando dos personas piensan constantemente la una en la otra, se establece entre ellas un vínculo que rebasa los medios ortodoxos de comunicación. Aunque estuviera determinada a olvidarlo, al menos a no pensar en él con la misma intensidad, mi cuerpo se reveló a ese designio y empezó a manifestar su voluntad por medio de sensaciones físicas y, por supuesto, incontrolables.

Dicen que para el cerebro el olor de la humedad y el de la depresión son muy semejantes.

Los parásitos –ahora lo sé– somos seres insatisfechos por naturaleza. Nunca son suficientes ni el alimento ni la atención que recibimos. La clandestinidad que asegura nuestra supervivencia también nos frustra en muchas ocasiones. Vivimos en un estado de constante tristeza. Dicen que para el cerebro el olor de la humedad y el de la depresión son muy semejantes.

Ver a Greta, habitualmente tan digna, dominada de esa manera por las hormonas de la reproducción, me hizo pensar que aquella teoría, a primera vista misógina y primitiva, no era tan descabellada

Las cucarachas caminaban por la casa con una desfachatez que rayaba en la arrogancia, tal vez porque, al menos en número, eran superiores a nosotros o quizás porque, a diferencia de los seres humanos, no les importaba la muerte

Mi vida es tenue pero no me falta alimento, aunque sea a cuentagotas. El resto del tiempo vivo encerrada e inmóvil en mi departamento, en el que desde hace varios meses no levanto casi nunca las persianas. Disfruto la penumbra y la humedad de los muros.

En cambio, hay quienes convierten a sus tortugas en sus más cercanas confidentes.