—¿Estás segura? Hago unas tortillas espectaculares. ¿No te gustan los huevos?
—Sí, pero es demasiado temprano para comer.
—Vale. Entonces te prepararé una de estas algún día. Camille odiaba los huevos… —Se interrumpió de golpe, lamentando al instante lo que acababa de decir—. No sé por qué narices he dicho eso.
—¿Porque estabas pensando en ella?