Niñapájaroglaciar

El corazón revoloteando, tratando de salirse del pecho. Como un pájaro atrapado que está tratando de seguir la voz de la luz, lanzándose contra ventanas que no abren con la esperanza de atravesarlas o hacerlas caer.

(esos segundos en vida de pájaro deben haber sido una eternidad)

Las escrituras de los enamorados en los árboles dicen aquí estuvimos, las palabras lo comprueban, nos amamos y con estas letras aquí por siempre nos quedaremos.

El corazón aceleradísimo, revoloteando, tratando de salirse del pecho.

el ruido del mundo entrando sin invitación a un momento lleno de belleza.

Mi corazón se convirtió fugazmente en pájaro y se reconoció en otro pájaro y no quiero que esa sensación se me olvide.

El miedo no se ha ido y no se va a ir. Sigue cambiando de forma pero trato de no esconderme, trato de seguirlo con los oídos para saber por dónde está caminando

Afuera había luz y oscuridad y brillos y canciones y voces. Me hablaban los acantilados y las montañas y las nubes y los glaciares moribundos y las lagunas.

El universo nos está absorbiendo lentamente. Purrrrrrrfffff. Purrrrrrrfffff. Yo trato de dejarme llevar por la corriente juguetona del río, trato de no agarrarme, de no resistirme, pero no puedo evitar que una parte de mí le susurre al universo todavía no, por favor, todavía no. Dame tiempo. Dame tiempo. Dame tiempo.

Todos los días preparo una pócima para Elena, una de mis gatas