Pero en Rusia todo es diferente, hasta una escalera. Una escalera en Rusia es un llamado de atención, una imposición de humildad ante un orden superior, la lección obligada que el ciudadano debe aprender, aprobar e incorporar frente al sistema impuesto. Y si bien es cierto que el muro de Berlín cayó, la Unión Soviética se derrumbó y la cortina de acero se corrió hacia un costado, aún persiste en Rusia uno de los símbolos más sutiles del sistema: las escaleras.