—¿Pero a cuál llama usted el tercero? —preguntó la señorita Marple.
Sus ojos de un azul porcelana muy intenso, miraron astutamente al inspector, que asintió.
—Sí. Ahí puede que encontremos algo. El otro día, cuando el subcomisario me hablaba de estos asesinatos, me pareció ver algo raro en una de las cosas que dijo. Fue lo siguiente: Claro, yo estaba pensando en la canción infantil.