La corona no es un peso que Henry soñase con llevar, pero ahora que su hermano Nicholas ha abdicado al trono de Wessco, sus deberes como alteza real dejarán de ser solo un juego, ¿o no?
En una última jugarreta, Henry decide encontrar a su futura reina a su manera: una productora seleccionará veinte candidatas aptas para que convivan dos meses con el príncipe en esta versión especial del reality show más exitoso del mundo. Pero solo una ganará la tiara de diamantes y el corazón del apuesto príncipe.
Sarah no está entre las participantes, ella solo ha venido a acompañar a su hermana pequeña y a escapar de sus responsabilidades; por eso es la candidata perfecta para convertirse en la confidente del príncipe.
Total, ¿cómo podría un pícaro como él enamorarse de una bibliotecaria recatada que busca un amor de novela?