El libro uruguayo de los muertos

Debo, además, recrear en fotos la comunidad de Zürau durante la década de 1920, donde Franz Kafka pasó un año en casa de su hermana tratando de restablecerse físicamente.

José María Arguedas

los enanos de su sueño no sólo torturan a la bestia con banderillas que le van hincando durante la corrida, sino que al final le clavan una espada que hace surgir sangre de su boca.

Deben ser animales con menos peso que los toros de lidia habituales. Más escuálidos que los Miura desarrollados en forma plena, que el padre, durante sus incursiones a los criaderos, prefiere observar con cierto recelo.
Pese a las dimensiones necesarias para semejantes toreros, las bestias adecuadas para los enanos deben poseer una furia cercana a la de los animales de alta calidad. Estos espectáculos, lo dice el niño, no son mera pantomima.

La presencia constante del no-amor como tributo al no-dinero de mi padre.

La muerte la encontraré no sólo en esta ciudad sino en este país que he decidido hacer propio.

He advertido que para los niños la figura del pirata es buena y mala a la vez. Es de esta manera, considerándome un personaje al mismo tiempo amable y feroz, como continúo viviendo en esta ciudad.

A los que llevaban barbas largas se las arreglaba para hacerlas aparecer como símbolo de sus pensamientos.