Juan Bragas tiene el único propósito de triunfar socialmente. Después de cambiar su nombre de Pipaón, entró al servicio de un miembro de la aristócrata de gobierno. Su don de gentes y estén dispuestos a llegar hasta la corrupción en la estimación de su jefe y obtener promociones sucesivas. Luego entra al servicio de Antonio Ugarte, un personaje influyente de la corte para entrar en el círculo de Fernando VII. Pipaón empieza a amasar una pequeña fortuna.