Sueño.- Caer. Infinitamente. Entrelazados. La piel del brazo. El roce. Abrázame, le digo, dice ella. Pero no hay sentir. No hay impulso. Ni otro movimiento que el de la caída. Y me pregunto cómo, si ella más abajo o si yo por encima, o su brazo y no hay tiempo salvo la caída. Caer. Infinitamente. El edificio, a un lado, porque de espaldas, no. De espaldas es el suelo. Y ¡es tan larga, la caída! Porque el suelo, el suelo es el miedo.