Teodora ¡Ay, cielo!
Fernando ¡Hasta aquí
ha llegado el sufrimiento!
(Sacan las espadas.)
Teodora ¿Hay mujer más desdichada?
Conde ¡Muera!
(Acuchíllanse.)
Fernando Presto habéis de ver
que no gobierna el poder,
sino el corazón, la espada.
(Retíralos a todos y va tras ellos.)
Criado (Dentro.) ¡Muerto soy!
Teodora ¡Triste! ¿Qué haré?
(Sale Chichón, con el jarro.)
Chichón Teodora, ¿qué confusión
y ruido es éste?
Teodora Chichón,
mi desdicha sola fue
la que ha podido causarlo.
Llévame al punto de aquí;
que hay gran mal.
Chichón Luego lo vi;
mas no pude remediarlo.
¿Adónde te he de llevar?
Teodora A casa de algún amigo,
donde el rigor y el castigo
del Conde pueda evitar.
Chichón No sé adónde, porque es cosa
de gran peligro poner
la moza en otro poder.