Alfonso María de Ligorio

desasimiento, o sea, despedirse de distintas condiciones de la vida anterior: materiales, culturales, familiares, etc.

para el amor siempre renovado a Jesucristo y, con ello, para el proceso constante de ir haciéndose cristiano son necesarias las siguientes virtudes: paciencia, mansedumbre, dulzura, buena intención, perfeccionamiento, humildad, santo celo, desprendimiento, búsqueda de la voluntad de Dios, disposición a la entrega y, sobre todo, la fe, la esperanza y un amor invencible.

Bis orat qui cantat»

El más célebre es el cántico navideño Tu scendi dalle stelle [Tú desciendes de las estrellas].

Para esos ejercicios escribió una cantata sacra que los expertos en la materia consideran su obra musical principal. Se titula Duetto per voci ed archi tra l’anima e Gesù Cristo [Dúo para voces y arcos entre el alma y Jesucristo].

petición y de acción de gracias, a la vez que la alabanza y, desde luego, el asombro estimulado por la meditación de los grandes misterios de la salvación

tú a mi corazón y enséñame a orar como se debe. Dame fortaleza para no descuidar la oración por tedio en tiempo de aridez; y dame el espíritu de las oraciones, es decir, la gracia de orar siempre a ti y de rezarte aquellas oraciones que más caras son a tu divino corazón. Yo estaba ya perdido por mis pecados, pero veo que tú, con tantas finezas que has tenido para conmigo, me quieres salvo y santo, y yo quiero llegar a ser santo para darte el gusto y para amar tu infinita bondad. Te amo, mi sumo bien, mi amor y mi todo,

, porque te amo, me entrego todo a ti

santidad no es un objetivo para unos pocos, sino una meta válida para todo cristiano

la perfección consiste en amar a Dios de todo corazón»