Amad a vuestros enemigos

Los grupos diversos en entornos laborales a veces presentan un grado de cohesión y satisfacción menor.

Para tender puentes, como para mostrar afecto, hace falta valor.

Dejamos de lado rápidamente las preguntas que nos ayudarían a conocer la historia de la otra persona y, en su lugar, buscamos de inmediato los puntos de mayor distancia y desacuerdo.

yo me defino a mí mismo por los grupos que odio». A mi juicio, se trata de una descripción tremendamente corrosiva del lado oscuro de las políticas de identidad.

cuando rompemos en serio, de hecho nos definimos a nosotros mismos mediante la ruptura, hasta el punto de que

Al igual que el desprecio, la ruptura no es un acto pasivo. Para john, romper es «atacar afirmativamente “al otro”.

capital social, las «conexiones entre las redes individuales y sociales y las normas de reciprocidad y confianza que surgen de las mismas

inevitablemente resta, no suma, amor.

precisamente lo malo de la política de identidad actual: que hace hincapié en la pertenencia de la gente a un grupo en particular, ya sea político, religioso, étnico o de otro tipo, y eso inevita

objetivo era sintonizar, conectar a nivel humano.