El cielo de la selva

se viene a morir, a la vida me refiero, y a la selva también

La naturaleza de la muerte es una para todos, es un idioma común de las especies.

sangre de su sangre, carne de su carne, olor de su olor.

Eran tan chulas las crías que Santa se las hubiera comido allí mismo

Porque aquella era la fidelidad verdadera: una para todas y todas en el cielo de la selva

Qué mierda, niña, pensaste, una hoja no me va a quitar el dolor de cabeza, pero estabas equivocada y demasiado viva para entender la piedad de las muertas, su divina compasión.

Chasqueaban las lenguas y una de las muertas emitió un sonido semejante al balar de las ovejas, un sonido sin palabras ni significado alguno, porque en la muerte, te empezabas a dar cuenta ahora, no existía el lenguaje.

La pobreza here-dada de generación en generación, más tenaz que la muerte, porque era vivir como muertos en vida, sin esperanza de un antes o un después.

toda la vida me he preguntado por qué se nace, por qué se escoge nacer cuando es tan bueno no existir, no ser nada, no sentir el peso de esta vida de mierda sobre los hombros ni tener que arrastrar el cuerpo selva adentro

Se veló el cuerpo toda la noche y abuela dijo que había un ángel más en el cielo junto a diosito, y todos miramos hacia arriba, pero como era de noche no había cielo sino tinieblas, y al final no entendimos nada, si es que diosito era oscuro o el cielo una garganta de perro jíbaro.