Próximos días

–También es mentira que siempre es más fácil matar por segunda vez.

l sobrino del pastor, que se llamaba Germán.

Extraterrestres –pronunció Jaime–. ¿Ves que tenía razón, y que todo eso del satélite experimental era un invento del gobierno? Las conspiraciones son reales, Alberto, siempre lo han sido. Estoy seguro de que esto comenzó con el Covid y con las vacunas que nos pusieron después. No eran chips, eran señales que indicaban a quiénes se iban a llevar y a quiénes iban a dejar acá para sus experimentos. En eso estamos hermano, en un experimento.

–Ella es la Carola, vive en la casa de enfrente –me presentó a la mujer que estaba a su lado, edad similar a la nuestra, muy delgada y con una mirada tan amable como amables eran las pecas que le bajaban por la nariz. De esas personas que te ganan con un hola y una sonrisa.

brió una gaveta de su escritorio y cogió un manojo de llaves. Fue hasta su caja fuerte, ubicada dentro de un estante y tapada con carpetas y archivos, y de su interior sacó un objeto envuelto en una vieja camiseta de la Universidad Católica, su equipo de fútbol favorito.

l abuelo tenía razón. A él le pasó lo mismo que te puede pasar a ti. Los trabajadores e inquilinos que él ayudaba, que él cuidaba, que él educaba se levantaron en su contra apenas pudieron. El pueblo, las masas son envidiosas y te van a pegar una puñalada en la espalda apenas puedan.

aime, mi hermano menor,

Leticia perdió nuestro primer hijo a los cuatro meses de embarazo, pero la depresión no duró demasiado, menos de un año después nació Martita.

ntes de casarnos terminamos por un año, periodo en el cual tuve una aventura con una modelo brasileña de la agencia asociada, una tal Vanesa.

la estudiaba Letras y yo Periodismo.